martes, noviembre 29, 2005

Castillos en el aire


"No sé qué es de mi oreja sin tu acento,
ni hacia qué polo yerro sin tu estrella..." (Miguel Hernández)


Tengo profundida en el costado,
se clava y hunde entre mis costillas,
me llega a plantar cara entre las ruinas,
mis poros han sudado hasta el pecado.

Mi beso se ha atascado en tu mejilla,
cuerpo dormido sin rozar tus manos,
castillos en el aire derrumbados
de una patada, sangran las heridas.

Noviembre me ha rajado hasta los labios,
el suelo no ha parado mi caida
y madrugo con sabor a nicotina.
Llegó el frío y yo anduve despistado.

Ahora convénceme que no hay salida,
ahora que ni me sueltas ni te agarro,
ahora que no hay castillos empezados,
ahora que las patadas no salpican.

jueves, noviembre 24, 2005

Hojas que no hablen de ti

Tengo ya el presentimiento...
que un día de estos me va a dar
por hacer una locura.
Sabes que soy muy capaz
de ponerme la armadura
para salir a batallar.
Estar de brazos cruzados...
sabes que eso no me va.

Por si no te has dado cuenta...
más de un vicio tengo yo.
Tú te has convertido en uno
comparable a la obsesión.
El tenerte aqui a mi lado...
que más lo quisiera yo,
para fumar tus cigarritos
y desnudarte a traición.

Si me da por ir a buscarte...
tendré preparado el equipaje.
¿Quién sabe...
si me da por quedarme a tu lado?
Si un día de estos me da el venazo
de morir en uno de tus abrazos.

Si me da por parar el tiempo
para prenderle fuego al universo...
¿Miraremos como arde?
Si me da por llenarme de aire...
aire para mis pulmones,
si me da por hacerte más canciones.

Si me da por sacar el genio...
no te voy a avisar primero,
ya sabes que me gusta el riesgo.
Si me da por volar sin alas,
si me da por tirarme al vacío...
y cogerte la mano pa´llevarte conmigo.

Si me da por ponerme tierno
con la excusa de que me llenes de besos...
hoy me temo que yo a ti te camelo...
Si te da a ti por todo esto...
Si te da por bajarme del cielo...
No me importa, llévame hasta el infierno.

Nos hemos regalado y ahora no tenemos en cuenta que nos habiamos avisado. No preparamos nuestra piel para despertar juntos. Ahora por las noches dormimos, al menos yo. Nos avisamos... y el que avisa no es traidor. Ten en cuenta, a pesar de... no me quedan hojas que no hablen de ti.

"Y mientras espero...
quiero ponerme el universo de sombrero.
Agarrar fuerte este amor entre mis dedos.
Si le da por escaparse...
voy a tirar piedras al cielo
para que baje una nube
y me arroje de este sueño,
que me tire de cabeza hasta el infierno...
sólo por que te quiero..."

martes, noviembre 22, 2005

Tantas cosas...



Ayer desperté con la esperanza intacta.

Aún me quedaba una carta por jugar para intentar vencer tu silencio: buscar tu refugio.

Y ahí estaba yo, en el mismo sitio donde te vi por última vez. En el lugar donde nos dimos el último abrazo, del que te resbalaste para esconderte.

He llegado a pensar tantas cosas... He llegado a pensar que quien mejor me retrata en estos momentos es Ismael y mezclando las notas que se revuelven en el aire me hago una copla con versos de sus canciones. "Tengo tanto miedo de que olvides el camino de regreso... qué va a ser de mi, dudo que en ningún bar me puedan servir todo el alcohol que necesito para olvidar... la ciudad parece un mundo cuando se ama a un habitante y qué andarás haciendo ahora! Déjate convencer! que un día la vida echará abajo tu puerta...

Gracias a algún conocido del tiempo en que vivimos juntos pude encontrar la trinchera donde estás metida. Y allí estaba yo, "gritando" tu nombre, desabrochadome el pecho para mostrarte las heridas. Lo único que econtré fue tu silencio.

He llegado a pensar tantas cosas... He llegado a pensar que no quedan tan lejos los días en que paseabas tus "joyas" de felicidad por mis calles. No quedan tan lejos los días de promesas y los días de "no puedo soñar si no es a tu lado, cuentame el relato de pasiones y virtudes para poder dormir"; los días de "promete que comerás aunque yo no haya llegado"; "besaré tu sombra cuando te vea marchar, haz el favor de esconder ese test de embarazo entre mis calcetines". No queda tan lejos el día de "dejaré la nicotina si de tu vientre se empiezan a dibujar nuevas ilusiones"...

Y allí estaba yo, en la estación de autobuses de Granada sin tu mirada como recuerdo. Fumé el último cigarro como un condenado a muerte. No recuerdo como logré subir al autobus, por un momento llegué a pensar tantas cosas... Llegué a pensar que Roberto Benigni vendría a filmar un final feliz para nosotros y aparecerías corriendo en el andén y... tu silencio.

Tu silencio, tu recuerdo y al bajar del autobus un abrazo de alguien que ha soportado mi encierro estos días (Hermano no olvidaré). Por un momento estuve tentado de volver a casa en taxi, pero entré en el metro. Necesitaba comprobar que el mundo no se había parado.

He dormido en el salón. No quise entrar en la habitación. Antes de marcharme dejé preparadas sobre la mesilla las "Instrucciones para salvar el odio eternamente".

Ahora mientras escribo, rompes tu silencio. Reprochandome que no me haya quedado de brazos cruzados. Ya me conoces, no me perdonaría eso de "militar en el amor con cobardía".

viernes, noviembre 18, 2005

Curvas...



Te puedo pensar. A pesar de tu escondite. Me gana el pensarte y hoy todo son curvas.

Son las curvas de mi guitarra, acompañada por mis curvados dedos. Paseando por los trastes aquellos acordes de la primera canción que te escribí. Recuerdas "el que avisa no es traidor"? Recuerdas que si me da por volar sin alas, si me da por tirarme al vacío... te cogería de la mano para llevarte conmigo?

Son las curvas de la carretera que me llevaba junto a ti. Nunca conté las curvas que hay en Despeñaperros ni en la autovía de Sierra Nevada. Siempre llevaba en los oidos la música que me invitaba a pensarte.

Son las curvas de tu cuerpo, impregnado. Y son las curvas que has moldeado en mi colchón, que ahora sin tí, no encuentra su estado original. Es la curva de haber querido morir en tu cintura, tan curva. Es la curva de mis caricias sobre tu vientre y ahora no se si le tengo mas miedo a que dejen de existir... o que sean otras caricias las que te habiten y te hagan estremecer.

Son las curvas de las leyendas, de las autoestopistas. Recuerdas como te llamó la atención escuchar a Ismael contando la de La Dulce Karola? Curvas de leyendas, de cuentos y relatos. Son las curvas de las estaciones de la línea 5 de metro. Quizá fue aquí donde se encontró aquella pareja, no recuerdo como te lo conté. Sólo recuerdo aquella frase: "Alguna vez te han besado en el corazón?"...

Son las curvas de tu escondite, del dónde te has metido y qué andarás haciendo ahora. De escuchar tu voz... sólo dentro de mi. Las curvas de mis latidos cuando escucho el timbre de la puerta y espero que seas Tú. Acompañada de una maleta enorme y me dices que estoy loco, que me da por pensar cada cosa... y me pides un beso.

Son las curvas que nos empujaron. Curvas cerradas de aquella mañana no tan lejana. Con una curvada lluvia en la estación de Mendez Alvaro. Te despediste con palabras curvadas, prometiendo toda la verdad. Prometiste no esconderte, prometiste verdades, certezas y mi espalda curvada al besarte en la frente.

Es la curva que separá el primer "te quiero", entre risas, creyendo que el otro se había levantado gracioso aquel día... del último "te quiero" que recibí, por más que lo intento no encuentro en él una despedida. Aún tengo tequieros guardados, esperando ser moldeados con tu mirada para asomarse. Y no se si me da mas miedo la curva de no hallar tus labios en los futuros besos... o que sean tus besos los que encuentren unos labios que no sean los mios.

Curvas... No, quizás lo que me da mas miedo, es saber que la la palabra "amor" es la que más curvas contiene y no me encuentro con ganas de hacer este viaje si no es contigo.

miércoles, noviembre 16, 2005

Distancias...

Sucedió de noche.

Juntamente uno enfrente del otro. Así lo decidimos.

Yo intentando callar lo que no debería decir. Tarareando a Fede:
"...Se que un día llegarás con argumentos
para desanimar a la tristeza.
Con un cuarto de siglo en todo el cuerpo
y un par de acordes vivos en la mesa.
Te canto en la certeza.
Te digo en juramento.
Que no voy a caer en la torpeza
de no escuchar tu fiel sabiduria..."

Ella desnudandose ante mi. No callando. Miedos bastantes... certezas algunas menos.

Decidí, en nuestra desnudez, sacar el metro del cajón. Llevando uno de los extremos, sujeto entre mis frios dedos, hacia su pecho. Podía notar sus latidos, su entrecortada respiración.
Así, con un brazo apuntando su corazón y con el otro tensando el objeto, como un arquero preparandose a disparar, medí la distancia que nos separaba.

No recuerdo si marcaba 18 cm. o 36 cm. me da igual. Fuesen los que fuesen eran demasiados.

-¿No crees que estamos demasiado separados? ¿No podría disfrutarte a diario?
-... (Realmente no recuerdo la respuesta, aún la estoy buscando. Creo recordar un Sí, pero... o tal vez contestó No, ahora no... Quizá al recoger la cinta métrica se cortó, como pasa a menudo, en un dedo. Si es así, sabes que sangro yo)...

Después se marchó. Nos despedimos prometiendole que haría limpieza entre mis cajones para dejarle hueco y ella vendría vestida de esas certezas que faltarón por la noche.

Quizás no sucedió esto por eso te busco. Quizás lo imaginé por eso callas. Tal vez la respuesta fue mas contundente, No volveré. Si es así... por qué tengo la sensación de querer vivir en la estación de Mendez Alvaro? por si acaso?

Por qué sigo tarareando a Fede?
"...Quiero esta noche sólo nombrarte,
por que lo bello trae verdades.
Sólo nombrarte..."

domingo, noviembre 06, 2005

A veces...

Cuantas palabras dichas y cuanto por palabrear aún me queda cuando te tengo frente a mi. Cuanto por decirte y cuanto debería callar.

Pero es que llegas Tú, así como arrasando mis alrededores, como descolocandome, como... queriendo desnudarme? y primero te lanzo las palabras que no debería hablar. Aprenderé a evitarlo, sólo necesito verte delante. No, no voy a practicar con el espejo, no voy a practicar a distancia, no, tus fotos no tienen ni idea de lo que es tu esencia. Por eso...

A veces el viento
sopla tan fuerte junto a mi,
que me arroja contra el muro
de esta habitación.
Sacame del encierro
de este otoño triste y gris.
Revuelve los escombros
que caen a mi alrededor.

Cuanto ven tus ojos y cuanto por ver nos queda aún. Cuando estemos juntos, o juntados o juntamente uno frente al otro. Elige.
Cuantas sensaciones se pueden ver? El dolor, el hambre, la injusticia, la desgraciada desgracia... No se ven a diario?

A veces mis ojos
se tienen que acostumbrar
a arrastrarse por el suelo
si llega la oscuridad.
Si se apaga la luz
de las estrellas de Darfur,
sin luna sobre Kabul,
sin vida sobre Bagdag.

Cuanto he tocado tus caricias y los roces que guardo debajo de las sabanas por si vuelves. Cuanto de tu piel podrías dejarme en tu proxima visita?

Y entonces llegas Tú y quisiera raptarte. Me olvido de tocar, no conozco los acordes y como César, me rompo el cuello pero no precisamente mirando al cielo. Por eso...

A veces mis manos
echan de menos tu calor.
Acostumbradas a tu piel,
tus formas y tu figura.
Si empiezo una canción
siempre sale un La menor.
Amarillean los acordes.
Será la nicotina.

Para que puedas descifrar este escrito, te diré que A veces es el tiempo en que no estás aqui. Al otro tiempo, el que pasas a mi lado, me gustaría llamarlo Siempre.