martes, noviembre 22, 2005

Tantas cosas...



Ayer desperté con la esperanza intacta.

Aún me quedaba una carta por jugar para intentar vencer tu silencio: buscar tu refugio.

Y ahí estaba yo, en el mismo sitio donde te vi por última vez. En el lugar donde nos dimos el último abrazo, del que te resbalaste para esconderte.

He llegado a pensar tantas cosas... He llegado a pensar que quien mejor me retrata en estos momentos es Ismael y mezclando las notas que se revuelven en el aire me hago una copla con versos de sus canciones. "Tengo tanto miedo de que olvides el camino de regreso... qué va a ser de mi, dudo que en ningún bar me puedan servir todo el alcohol que necesito para olvidar... la ciudad parece un mundo cuando se ama a un habitante y qué andarás haciendo ahora! Déjate convencer! que un día la vida echará abajo tu puerta...

Gracias a algún conocido del tiempo en que vivimos juntos pude encontrar la trinchera donde estás metida. Y allí estaba yo, "gritando" tu nombre, desabrochadome el pecho para mostrarte las heridas. Lo único que econtré fue tu silencio.

He llegado a pensar tantas cosas... He llegado a pensar que no quedan tan lejos los días en que paseabas tus "joyas" de felicidad por mis calles. No quedan tan lejos los días de promesas y los días de "no puedo soñar si no es a tu lado, cuentame el relato de pasiones y virtudes para poder dormir"; los días de "promete que comerás aunque yo no haya llegado"; "besaré tu sombra cuando te vea marchar, haz el favor de esconder ese test de embarazo entre mis calcetines". No queda tan lejos el día de "dejaré la nicotina si de tu vientre se empiezan a dibujar nuevas ilusiones"...

Y allí estaba yo, en la estación de autobuses de Granada sin tu mirada como recuerdo. Fumé el último cigarro como un condenado a muerte. No recuerdo como logré subir al autobus, por un momento llegué a pensar tantas cosas... Llegué a pensar que Roberto Benigni vendría a filmar un final feliz para nosotros y aparecerías corriendo en el andén y... tu silencio.

Tu silencio, tu recuerdo y al bajar del autobus un abrazo de alguien que ha soportado mi encierro estos días (Hermano no olvidaré). Por un momento estuve tentado de volver a casa en taxi, pero entré en el metro. Necesitaba comprobar que el mundo no se había parado.

He dormido en el salón. No quise entrar en la habitación. Antes de marcharme dejé preparadas sobre la mesilla las "Instrucciones para salvar el odio eternamente".

Ahora mientras escribo, rompes tu silencio. Reprochandome que no me haya quedado de brazos cruzados. Ya me conoces, no me perdonaría eso de "militar en el amor con cobardía".

5 Comments:

Blogger Elena Martín said...

Gavroche, tantos sentimientos...espero que consigas que los tuyos regresen, los mejores...Yo una vez pensé que solo había una oportunidad de amar, y que la mía se había marchado con botas sin estrenar... que no habría más pupilas en que se reflejase mi alma...y ahora esos recuerdos son humo...Y camino nuevos pasos...
Besos

P.D.: si decides militar con valentía, que no te falten fuerzas.

12:49 p. m.  
Blogger ardielzaya said...

sorpresas cibernéuticas... :)

Tiempo al tiempo, Gavroche, y música que nos haga olvidar o imaginar mil historias llenas de sentimientos, sean cuales sean, pero sintiendo directamente desde el corazón...

Un saludazo.

2:06 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Nadie debería poder reprocharte no aceptar esa militancia.
Habrá que ir palpando con el pie, a ver si aparece ya el fondo para tomar impulso hacia arriba y, como dice seleka, andar nuevos pasos.

Un abrazo.

3:45 p. m.  
Blogger Insanity said...

Valientes textos sin lugar a dudas, realmente intensos.
Es recíproco el gusto, sinceramente.
Y sabes de alquimias.

2:44 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

no es cuestión de olvidar si no de no atrancarse en el pasado, de pasar página, o mejor aún, de empezar un libro de páginas blancas, un libro gordo con letras que sonríen. Voto por los nuevos pasos de Seleka y Gabi ;)

Un abrazo.

2:45 p. m.  

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