
Yo que he pronunciado tu nombre cuando sólo te imaginaba...
Yo que te he puesto un nombre sencillo al principio, cuando sólo eras una idea, cuando sólo te pensaba... ahora tengo la boca en llamas.
Ya lo sabe usted, señora,
creo que ya se lo he contado,
tengo tantos celos de la luna,
que si me alcanza algo de luz
salgo eclipsado.
Yo que te cambié de nombre para poder reconocerte después...
Yo que te puse un nuevo nombre, para saber encontrarte, para no perderme... ahora hay fuego en mis cuerdas vocales.
Ya le canto a usted, amiga,
creo que ya lo habrá escuchado,
tengo una fumada de palabras,
que me deja la garganta
y los pulmones empedrados.
Yo que te nombraba, una vez que supe que eras real...
Yo que a tu nombre intentaba vendarle las heridas, para hacerlo mio, para que no doliese... ahora se incendian mis labios.
Ya la observo a usted, compañera,
creo que ya lo habrá notado,
tengo tanto fuego en las pupilas,
que se incendian las sabanas si amanece
y veo que junto a mi se ha despertado.
Yo que he querido ponerte tres nombres...
Yo que he querido llamarte Ayer, Hoy, Mañana... ahora me arde hasta el paladar, quizás por deseo, quizás por ansia o egoismo... quizás por que tengo un nuevo nombre para ti.
Ya le toco a usted, mi vida,
creo que alguna vez lo ha sentido,
señora, amiga, compañera, le pido...
cuando vierta mis hormonas
sobre el edredon amarillo...
prometa usted ser las horas
que den cuerda a mis vicios.